Ni un paso

 

Solo una protesta contra el alba:
anúdame la sed sin zapatos
y encadéname al hombre y la mujer
con lazos
tibios,
para correr hacinados llenos de polvo y júbilo,
uno,
y otro, y otros
muchos,
pequeños con el diapasón en llamas,
remo
a remo,
viejas de barro hirviendo sacadas a la mar,
y unos pocos
muchachos empapelados en hojas de lechuga,
y otros tantos…

Ni un paso pasa sin el otro

Átame las manos con tus manos,
y caminemos húmedamente hacia la tierra,
a galope tierno,

tiernamente, con vehemencia
hacia la quietud

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